Algunos de los virus que amenazan la humanidad son a consecuencia de la actividad humana y el daño que se le está haciendo a la naturaleza. Hay una relación entre el cambio climático y la deforestación y los virus que no todos conocen. Pero esta pandemia quizás debería servir como toque de atención para saber lo que podría deparar el futuro si se sigue contaminando, deforestando, o si se sigue con el aumento de la temperatura global y el deshielo del Ártico.
2Relación cambio climático y deforestación con los virus
Puede que en principio no veas relación alguna entre los problemas de la actividad del hombre con los virus. Pero la deforestación y el cambio climático están detrás de algunos de los virus más letales que están azotando a la humanidad. Por eso, es prioridad comenzar a respetar el medio ambiente y cuidar al a naturaleza, o terminaremos pagando las consecuencias. Esta pandemia solo podría ser un ápice de lo que espera si no se hace algo urgente ya…
Decía William Osler que «La humanidad tiene tres grandes enemigos: la fiebre, el hambre y la guerra, de los cuales el mayor, por mucho, es la fiebre«. Por eso, no hay que tomarse en broma lo ocurrido y poner medios para paliar un efecto que ya parece demasiado tarde para revertir, pero del que aún se pueden minimizar sus consecuencias.
Las alteraciones que la humanidad ha ido haciendo a la naturaleza han propiciado la aparición de enfermedades. Muchos estudios han certificado que los cambios que se le está haciendo al a corteza vegetal/forestal, como la tala masiva de árboles, parcelación, la explotación de tierras de forma descontrolada, urbanización, cazar y comer animales exóticos o comercializarlos de forma ilegal en mercados, la ganadería intensiva con el abuso de antibióticos, etc., están detrás de algunos de los virus más peligrosos y que han pasado a los humanos por zoonosis.
Además, ese abuso de antibióticos y otros productos poco saludables están debilitando también la salud de muchas personas, haciéndolas mucho más vulnerables a ciertas infecciones. Por ejemplo, el tabaco y la contaminación del aire pueden hacer que ciertas enfermedades o virus respiratorios sean más letales.
