La tortilla de patata. Un clásico entre los clásicos. Posiblemente el ‘Santo Grial’ de la cocina española. No hay nadie a quien no le guste y es uno de nuestros platos típicos junto con la paella, la fabada o el gazpacho. Al margen del debate con o sin cebolla, nos gusta sobre todo jugosa, pero para muchos tiene una pega, y es que no es precisamente ideal para mantener la línea. Pues también para eso hay solución y te indicaremos cómo hacer una tortilla de patatas no sólo jugos y rica sino que no engorde.
Vale para un pintxo, una ración, para un buen bocata o el ya clásico tupper y llevártelo al trabajo o a un picnic. Siempre apetece y es tan adictiva como deliciosa. Ya tú eliges si eres de los de sin o de los de con cebolla, o si eres de los que les gusta hacer ‘tortilla de…’, desde la típica con chorizo hasta las más elaboradas de otros ingredientes. La imaginación es el límite pero en este caso nos centramos en la tradicional pero hecha de un modo especial para que sea más ligera.
2Lo primero: las patatas y su preparación
Sin duda, a la hora de hacer una tortilla de patatas española, las patatas son el ingrediente que más engorda y el más calórico. Y aunque se trata de un vegetal, contiene más calorías y más hidratos de carbono que las verduras. Con menos de 100 kcal por 100 gramos, es saciante y contiene vitaminas y minerales esenciales. Así, comenzaremos por pelar las patatas y enjuagarlas con agua fría. Las cortaremos en rodajas finas, y aunque esto va en gustos, lo más preferible es que se corten más bien tirando a finas. Las secamos, las colocamos en un recipiente y les echamos sal.