‘Pesadilla en la cocina’ fue, a lo largo de siete temporadas, un programa con un gran éxito de audiencia, y también la cuna de la popularidad del chef Alberto Chicote. La idea es sencilla: se localiza un restaurante que se encuentre en las últimas y que necesite un rescate urgente, y acude un experto que revisa su funcionamiento interno, analizando puntos como la higiene, la organización, la comunicación del equipo, la carta, la cocina o el servicio al público. A partir de ahí se implementan cambios bajo la supervisión severa y disciplinada del chef, en este caso Chicote, todo ello aderezado con una buena dosis de tensión, drama, lágrimas e insultos.
El formato ha funcionado en varios países del mundo, al menos a nivel televisivo. En cuanto a la estrategia de negocio, a pesar de la buena intención, no siempre se han conseguido los resultados que se esperaban. Algunos de los negocios sí han conseguido reflotar tras el paso de chef, pero también han sido unos cuantos los que han cerrado sus puertas después de formar parte de ‘Pesadilla en la Cocina’. Incluso uno de ellos ya había echado el cierre cuando la grabación del programa se emitió en La Sexta.
1ASOCIACIÓN DE AFECTADOS
La cosa aún va más lejos, pues más de una veintena de negocios de restauración se han unido para conformar lo que han denominado la Asociación de Afectados por Pesadilla en la Cocina para hacer una denuncia conjunta. Se acusa al programa de vejaciones, promesas incumplidas y estafa. Revelan que en realidad no se les enseña nada de cocina, que es lo que ellos esperan, y que encima el contrato que firman es abusivo, y la indemnización por romperlo supondría la ruina económica para estos establecimientos y sus propietarios. Uno de los negocios, La Mansión de Navalcarnero, llegó a denunciar a la cadena que emitía el programa.