Cuando un pollo asado no está preparado de la forma adecuada salen secos en lugar de estar jugosos y en su punto. Sin embargo, no es tan sencillo conseguirlo, por lo que en ese caso es necesario recurrir a alguno de los trucos que existen para poder degustar su máximo sabor y textura. El más común es el aderezo, así que veamos la mejor forma de hacerlo.
Si estás cansado o cansada de que no te salgan tus platos como desearías, existen diferentes técnicas muy sencillas de aplicar para conseguir que el pollo asado nunca te quede seco, independientemente de cómo lo cocinas. Te contamos los trucos de aderezo que debes seguir para ser todo un especialista a la hora de preparar recetas de pollo.
1Lo primero y más sencillo, el propio jugo del pollo
Sí, uno de los trucos que debes valorar si quieres conseguir una carne jugosa y sabrosa lo ideal es que la cubras con jugos de sala y de la propia carne según se va haciendo en el horno. Este proceso debes llevarlo a cabo cada 30 minutos.
Una alternativa es embadurnarlo con mantequilla que hayas primero reblandecido antes de meterlo en el horno; o bien usar manteca de pato o cerdo. En cualquier caso debes derretir la mantequilla para que quede blanca pero no líquida.
Tendrás que coger un trapo limpio de cocina y cubrir el pollo con el mismo mientras se hornea. De esta forma mantendrá el jugo en su interior, consiguiendo así que el resultado final sea una carne jugosa.