La sopa castellana es uno de esos platos que tu mente, y tu estómago, identifica rápidamente con el invierno. La verdad es que sí, cuando más apetecen las sopas calientes es en las noches de otoño e invierno en las que el frío aprieta. A diferencia de otras sopas, la castellana requiere de muy pocos ingredientes para su elaboración, la mayoría, básicos (pan, agua, ajos, huevos). Ni siquiera lleva pasta. Sienta de maravilla y como receta de aprovechamiento, es la mar de económica. Hoy te descubrimos todos los secretos para que puedas elaborar la receta de sopa castellana y recordar los aromas de la cocina de la abuela.
Como receta, lo tiene todo: sale barata, ya que aprovechas el pan duro o endurecido de los días anteriores, y aunque puedes utilizar caldo de pollo, con el propio agua y buenos ajos, tendrás una sopa calentita que entra sola, sin grasa ninguna. Aprende aquí cómo hacer la sopa castellana tradicional y cómo aderezarla sin que pierda su esencia.