La sopa castellana es uno de esos platos que tu mente, y tu estómago, identifica rápidamente con el invierno. La verdad es que sí, cuando más apetecen las sopas calientes es en las noches de otoño e invierno en las que el frío aprieta. A diferencia de otras sopas, la castellana requiere de muy pocos ingredientes para su elaboración, la mayoría, básicos (pan, agua, ajos, huevos). Ni siquiera lleva pasta. Sienta de maravilla y como receta de aprovechamiento, es la mar de económica. Hoy te descubrimos todos los secretos para que puedas elaborar la receta de sopa castellana y recordar los aromas de la cocina de la abuela.
Como receta, lo tiene todo: sale barata, ya que aprovechas el pan duro o endurecido de los días anteriores, y aunque puedes utilizar caldo de pollo, con el propio agua y buenos ajos, tendrás una sopa calentita que entra sola, sin grasa ninguna. Aprende aquí cómo hacer la sopa castellana tradicional y cómo aderezarla sin que pierda su esencia.
2¿ES LO MISMO SOPA DE AJOS QUE SOPA
CASTELLANA?
Aunque se tiende a identificar que la sopa castellana es lo mismo que la sopa de ajos, tenemos que decir que no es así. No al 100%. La base sobre la que se elabora la sopa castellana y la de ajos sí es la misma: agua, sal, aceite de oliva, un poco pimentón y pan. Sin embargo, como veremos a continuación, las sopas castellanas que se pueden degustar en los mejores restaurantes tradicionales castellanos, y poco a poco en toda la geografía, y que vamos a aprender a hacer en casa, suma al menos un ingrediente más: el huevo, cuando no otros aderezos que también veremos más adelante.