A pesar de ser una mujer con estudios superiores y una educación de la que siempre ha estado orgullosa, parece que la Reina Letizia no sabe controlar demasiado bien sus impulsos, o al menos no sabe demostrarlo ya que son muchas las ocasiones en las que Letizia ha ofendido a las personas monárquicas que respetan la corona con sus modales.
Ya sabemos que, en su pasado, Letizia fue una mujer republicana y muy activista, y parece que conserva algo de este pasado en la actualidad. Esto es completamente normal ya que cambiar los ideales de una persona no es tan fácil como parece. Si ella ha estado en contra de la corona durante toda su vida, es incluso comprensible que no acepte del todo su cargo.
Ahora bien, ¿Le da esto libertad para ofender a las personas que sí que creen en la corona? Lo cierto es que no, especialmente desde su posición. Es importante que, en estos casos, la educación reine sobre los ideales. Aún así, ella no puede evitarlo.
A continuación vamos a ver algunos de los gestos y del lenguaje no verbal de la Reina Letizia. No tiene desperdicio.
1El mal gesto de la Misa de Pascua a la Reina Sofía
Uno de los momentos que más ofendió a los monárquicos españoles fue el gesto que tuvo con la Reina Sofía en la Misa de Pascua de este mismo año. Son muchas las personas que respetan y que quieren a Doña Sofía, es más, muchos dicen que ella es la única reina de España y que Letizia no vale un «duro».
Hemos visto como en los últimos años Letizia ha despreciado a su suegra, pero el último incidente fue la gota que colmó el vaso. Doña Letizia decidió tapar a la reina emérita para que no consiguiera hacerse una fotografía con las dos niñas, que era lo que quería Doña Sofía. Pero, por si fuese poco, también las vimos empezar una discusión. Incluso el Rey Felipe VI tuvo que acercarse a ellas para que terminasen el enfrentamiento. Vamos, que la Reina Letizia pasa de respetar a una antigua reina y, aún más importante, a su suegra.
Este hecho tuvo algunas consecuencias y Letizia tuvo que aparecer días después con su suegra y con las niñas, todos como una verdadera familia feliz, pero, ¿Qué había de verdad ahí? Seguro que no demasiado.