La construcción del Canal de Panamá fue todo un reto para la española Sacyr, la italiana Impregilo, la belga Jan De Nul, y la panameña Urbana. Un conglomerado de empresas que se unieron bajo la denominación Grupos Unidos por el Canal de Panamá (GUPC). Han pasado cuatro años desde que se inauguró el tercer juego de esclusas. Pero el costo final de obra sigue teniendo asignaturas pendientes.
Construir el Canal de Panamá llevó una década, periodo alargado por situaciones imprevistas al comienzo de la misma. Los diferentes arbitrajes presentados no es que le vayan a la zaga, pero sí se están alargando más de lo previsto inicialmente. A ello también ha ayudado la pandemia del covid-19.
Tanto en Sacyr, como en el resto de empresas de la GUPC, esperan que sea este mes de septiembre cuando la Corte de Arbitraje Internacional de la Cámara de Comercio Internacional (CCI), con sede en Miami, dé solución al que se ha denominado como el conflicto del basalto. Esto es así porque tiene que ver con el basalto y la calidad del hormigón que se emplearon en las obras. Un conflicto que debería haber estado resuelto en el verano de 2019, en un primer momento, y en junio de este año, en un segundo instante.
LO QUE SE JUEGA SACYR
El arbitraje que está sobre la mesa entre GUPC y la Autoridad del Canal de Panamá pone en juego la cantidad de unos 427 millones de euros. Pero más que la cantidad en sí, la importancia de este arbitraje puede marcar la senda que seguirán otros dos que también siguen pendientes. En total, unos 4.800 millones de euros.
Al alargarse la fecha prevista para el arbitraje del basalto, se ha producido una especie de efecto en cadena. Es decir, que los otros dos arbitrajes pendientes también se han retrasado. ¿Cuál es el origen de estos arbitrajes? Ahí entran en juego diferentes factores, porque durante la obra se produjeron, por ejemplo, cambios en la normativa aplicada, la aparición de fallas no previstas, o la calidad de la roca basáltica. Al no tener la calidad requerida la que inicialmente estaba prevista utilizar, hubo que buscar otra cantera para asegurar la calidad estipulada.
Respecto a los otros dos arbitrajes que quedarían pendientes tras la resolución del arbitraje del basalto tienen como ‘protagonistas’ a las compuertas, los sobrecostes laborales, y los denominados como costes de interrupción. Las fechas inicialmente previstas para su resolución eran 2022 0 2023.
Fue en 2014 cuando la Autoridad del Canal de Panamá, y el grupo de compañías encabezado por Sacyr, llegaron a una entente cordiales para finalizar las obras del canal. Entonces se acordó que pagarían a partes iguales hasta la conclusión. Pero, una vez la obra de ingeniería fuese realidad, sería el arbitraje entre las partes el que decidiría quién llevaba la razón. Hasta ahora, sólo ha habido una resolución. Y cayó en el zurrón de la ACP.