Si hay algo que tiene que hacer bien el autónomo es cuidar a su cliente. Pero incluso en aquellos casos en los que ofrecemos el mejor servicio posible, nos podemos encontrar con la desagradable situación de tener que afrontar que un buen cliente ya no quiere trabajar con nosotros. Esto puede deberse a algún problema que haya surgido en la relación comercial o a factores ajenos a nosotros como una mejor oferta de la competencia o sencillamente a que el cliente ya no necesita el producto o servicio que ofrecemos.
Perder clientela nunca es fácil, porque supone una pérdida de ingresos. Y la situación se complica todavía más si ese cliente que ya no trabajará más con nosotros es el más importante, del que dependía una gran parte de nuestro volumen de facturación. En algunos casos la pérdida del cliente principal puede dar lugar al fracaso de nuestro proyecto. Pero que no cunda el pánico, vamos a ver qué podemos hacer ante una situación de este tipo.
4Mantén el contacto con el cliente perdido
Si la relación comercial se ha roto en buenos términos, no hay motivo por el que no puedas mantener contacto con tu antiguo cliente. Es momento de adoptar una actitud proactiva y hacerle ver todo lo que se está perdiendo por no trabajar ya contigo. Pero ojo, que esto no supone hacer Spam y pasarse el día bombardeando con publicidad.
Debes encontrar la justa medida para mantener el contacto sin resultar “pesado”. Por ejemplo, envíale únicamente información sobre productos o servicios que puedan estar relacionados con sus necesidades o invítale a actos profesionales en los que tú también vayas a estar presente. La cuestión es que no te olvide, y sepa que te tiene ahí como plan B si su proveedor actual le falla.