viernes, 22 noviembre 2024

La realidad de los centros comerciales: a medio gas e inauguraciones aplazadas

El sector de los centros comerciales intenta mantenerse a flote tras varios meses de cierre y una reapertura con muchas restricciones por la pandemia del coronavirus, pero la caída en la afluencia de público y un menor ticket de gasto medio, hacen muy difícil retomar el ritmo.

El sector retail español se enfrenta a una oleada de cierre de tiendas y locales de restauración, así como la incertidumbre por los nuevos centros que tenían previsto abrir sus puertas este 2020, que ahora se desconoce cuándo podrán.

Es el caso de Álcora Plaza, en Alcorcón, que mantiene un cartel de inauguración en 2019, pero aún está en obras. Otro claro ejemplo es el macro centro comercial Open Sky, en la localidad madrileña de Torrejón de Ardoz, que ha vuelto a aplazar la apertura y se ha quedado sin una larga lista de operadores.

CENTROS A MEDIO GAS

La tendencia de los grandes tenedores de centros comerciales en los últimos años ha sido trasformar los clásicos centros en un entorno completamente concebido para gastar.

En el caso de Merlin Properties, a finales de 2019 inauguró su primer centro comercial contrario a lo convencional, X-Madrid, en la localidad madrileña de Alcorcón. Con una inversión de 35 millones de euros, supuso una gran apuesta por los deportes y la experiencia como principal negocio, con atracciones inusuales como una ola de surf, un rocódromo de 15 metros de altura, así como un centro de buceo con una fosa de 20 metros de profundidad donde poder obtener el título SSI.

Pues bien, los decretos aprobados por el Gobierno y las medidas de seguridad han provocado que este tipo de centros funcionen a medio gas, con un futuro próximo poco alentador.

Según fuentes del retail consultadas por MERCA2, en la mayoría de centros comerciales hay al menos una o dos tiendas que aún no han abierto, y lo mismo ocurre en la zona de restauración. Lo que denota que algunos empresarios no pudieron soportar el varapalo de tener cerrado tanto tiempo sus negocios, pese a que en algunos casos los caseros les ofrecieron una moratoria en el pago de la renta.

En este sentido, estas fuentes alertan de que en los próximos meses se va a proceder al cierre de una parte de tiendas y locales de restauración en la mayoría de los centros españoles, ya que los rebrotes de covid-19 y el miedo a un posible contagio juegan a la contra.

APUESTA POR EL COMERCIO ONLINE

Además, a estas previsiones desoladoras se le suma que algunos de los buques insignia del retail español han apostado por el cierre de tiendas, como es El Corte Inglés e Inditex.

El objetivo de ambos es potenciar el canal online, reducir la presencia física al máximo y concebir las tiendas como ‘showrooms’ donde conocer el producto, no como puntos de venta.

Pero esta apuesta por el negocio online hace peligrar muchos puestos de trabajo, ya que la parálisis en el comercio físico y el auge de la vía online implica abarcar el mismo público, pero con una plantilla menor.

Además, los expertos hablan de ‘zonas saturadas’. Según nos explican, en España, y especialmente en Madrid, hay una fuerte saturación de centros comerciales debido a la falta de regulación de horarios que ya provocó una fuerte caída de ingresos entre los pequeños comerciantes.

EMPRESARIOS CONTRA CASEROS

Por otro lado, aunque fueron muchos los caseros que ofrecieron una moratoria en el pago de la renta durante los meses que duró el confinamiento, otros optaron por seguir pasando el recibo ignorando así la situación de sus inquilinos.

Pero existe una tercera postura, que es la que han tomado algunos operadores franceses. Es el caso de Unibail Rodamco o Carmila que, en un primer momento no cobraron esas mensualidades a sus inquilinos, pero pasados unos meses han decidido pasarles la factura de ese periodo.

Como ya anunció este medio hace unos días, la Plataforma de Afectados por el covid-19 en centros comerciales de España (PAC) ya ha interpuesto un total de 15 demandas, cinco de ellas contra Unibail Rodamco, otras cinco contra el gestor francés Klépierre, y el resto están repartidas entre otros caseros.


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