No es cosa sencilla ser el Rey de España, y vaya que este mundo de la Casa Real tiene incontables secretos, y son esos los que precisamente llaman la atención de las personas. Felipe VI es la figura central de esta Realeza, que de por sí hay que tener mucho coraje para tomar las mejores decisiones. Es bien sabido por todos que su mensaje trasciende fronteras, y la idea de ser la cabeza de este mundo de la Realeza, realmente es un desafío muy grande.
Lo que sí es cierto, es que a lo largo de los años, Felipe VI se ha ido metiendo a la gente en el bolsillo. Cosa distinta a Letizia, que en diversas oportunidades ha mostrado una faceta para nada amable. De hecho, este tipo de actitudes tan arrogantes de su esposa, ha hecho que el mismo Rey deba poner mano dura. Ante esto, sigue manteniendo esa postura que siempre ha caracterizado a los Reyes que han pasado por este trono importante de nuestro país.
Aunque debemos reconocer que el nacido el Madrid, es ese tipo de personas que a simple vista se presenta tranquilo. Pero, ¿realmente tiene ese carácter e ímpetu para dirigir el destino de la Casa Real? Hay muchas implicaciones de por medio sobre este tema de las decisiones de Felipe VI. Claro está, siempre piensa las cosas con cabeza fría, y tiene una personalidad que a priori resulta agradable para el público. Es decir, su fama es tal que cada vez que dice algo, sin lugar a dudas, la acción es ejecutada.
3Decisiones ejemplares: El Rey Felipe VI no pierde el horizonte
El enfoque es algo que puede perderse en cuestión de segundos, pues es normal que tantas cosas juntas a nivel de compromisos diarios, repercuta de forma directa en las decisiones de una persona tan influyente en nuestro país, como lo es el Rey de España. Lejos de eso está Felipe VI. Lo decimos porque es una figura que no le teme a nada ni nadie, para alzar su voz, y que cada uno de los pronunciamientos tengan un impacto positivo en la sociedad, que es finalmente el objetivo de su liderazgo.
Hay señalamientos que sostienen la decisión ejemplar de Felpe VI de renunciar a la herencia que le pudiera corresponder de su padre, Don Juan Carlos. Este sí que hado mucho de qué hablar en los últimos días, siendo harina de otro costal, pero al final del cuento, está en el ojo de huracán. El asunto es que no quiere recibir nada de la asignación fijada en los presupuestos que viene de la Casa Real.