La situación de los autónomos siempre es inestable, incluso en aquellos casos en los que su negocio va bien. Lo cierto es que el profesional que trabaja por cuenta propia sabe que no puede despistarse, debe invertir tanto en sí mismo como en su negocio para seguir siendo competitivo, y esto hace que con frecuencia le resulte complicado desconectar.
Numerosos estudios demuestran que el nivel de estrés entre los autónomos es más elevado que entre los asalariados, esto se debe a que tienen muchas más preocupaciones y no pueden permitirse el lujo de hacer una desconexión al 100%. Incluso cuando está de baja o de vacaciones, el profesional sigue pensando en su negocio.
3La tecnología y la desconexión
La tecnología tiene muchas cosas buenas, pero uno de sus aspectos más negativos es que nos tiene más pegados al trabajo. No es algo que afecte solo a los autónomos, también el asalariado recibe mensajes de texto o correos electrónicos durante sus días de descanso. Por eso, muchos convenios colectivos están regulando ya el derecho a la desconexión digital, que implica que fuera del horario de trabajo la empresa no puede contactar con el empleado salvo que sea un tema realmente urgente.
En el caso de los autónomos estos no tienen ninguna normal que les proteja de esta constante exposición a su trabajo, así que si toman medidas debe hacerlo ellos mismos. Pero aquí actúa de nuevo el miedo, prácticamente ningún autónomo se atreve a irse cinco días de vacaciones y dejar su teléfono desconectado o no revisar su correo electrónico.