La situación de los autónomos siempre es inestable, incluso en aquellos casos en los que su negocio va bien. Lo cierto es que el profesional que trabaja por cuenta propia sabe que no puede despistarse, debe invertir tanto en sí mismo como en su negocio para seguir siendo competitivo, y esto hace que con frecuencia le resulte complicado desconectar.
Numerosos estudios demuestran que el nivel de estrés entre los autónomos es más elevado que entre los asalariados, esto se debe a que tienen muchas más preocupaciones y no pueden permitirse el lujo de hacer una desconexión al 100%. Incluso cuando está de baja o de vacaciones, el profesional sigue pensando en su negocio.
2¿Por qué cuesta tanto desconectar?
Dicen que el autónomo que se va de vacaciones lo primero que mete en la maleta es el miedo y la ansiedad, y es que no hay nada que le cause más temor a un profesional que dejar su negocio en manos de un tercero o, incluso peor, tenerlo cerrado unos días. Es normal que la cabeza empiece a dar vueltas sobre las miles de cosas que podrían salir mal.
El resultado es el que el autónomo se va unos días a la playa, a la montaña o al pueblo para desconectar y, aunque parezca que lo está haciendo, en realidad no es así. Puede estar leyendo o tomando el sol, pero en muchos casos su cabeza no está puesta en lo que está haciendo en ese momento, sino en su negocio y su actividad profesional. Es algo psicológico contra lo que resulta muy complicado luchar.