Los debates con la leche son uno de los más intensos y habituales en cuanto a rutinas alimentarias e incluso a la necesidad o conveniencia de tomar lácteos de adultos. El otro factor curioso es la gran variedad de leches que inundan los estantes de los supermercados, donde casi la entera es la menos visible. Entera, semidesnatada o desnatada, veamos cuál es mejor tomar y por qué.
Empezaremos explicándote la distinción más clásica: leche entera, semi y desnatada. Durante años hemos demonizado la leche entera alegando que «engorda mucho», mientras que nos decantábamos por leche desnatada, ya que «es más saludable». Veremos también qué hay o no de cierto en todo esto.
3Leche semidesnatada
La leche semidesnatada se convierte en la opción más equilibrada y aconsejable, pues reúne los beneficios de cada uno de las dos leches anteriores. Por un lado, es casi tan ligera como la leche desnatada, de hecho la diferencia calórica entre ambas es mínima. Y por otro lado, conserva íntegras ciertas propiedades importantes de la leche entera, como son las vitaminas del grupo B, el calcio, las proteínas y la lactosa; y la mitad de vitamina A y E.
Esta leche sería la más saludable porque es apta para todas las personas que no padezcan una intolerancia. Pero la leche entera es igual de sana, ya que sus grasas son beneficiosas. El problema es que esta última no se recomienda a personas que sufren obesidad o hipercolesterolemia, mientras que la semidesnatada sí.