Actividades saludables vinculadas al ejercicio físico, el bienestar corporal, tratamientos terapéuticos, nutricionales y técnicas de relajación sustentan la oferta del turismo de salud. Los establecimientos especializados en este segmento de ocio encuentran a sus principales aliados en la cuidada higiene -ahora reforzada-, la seguridad, el confort y en la búsqueda del relax para combatir el estrés de una sociedad asfixiada por la pandemia.
Quizá por la suma de todos estos motivos el turismo de salud ha crecido un 43%, sobre todo en países como Suiza y Francia. En España, segundo país de Europa sólo detrás de Alemania, el aumento en la demanda está ligado al repunte registrado en el turismo rural, que aglutina a muchos de los balnearios y establecimientos retirados en plena naturaleza que concentran la oferta de este tipo de alojamientos.
La ausencia de estacionalidad es otra de las fortalezas del denominado turismo de salud. De hecho, si en plena temporada alta de verano cada vez más turistas se decantan por formas de viaje únicamente focalizadas en el descanso saludable, el otoño y el invierno plantean alternativas asequibles de escapadas de corta estancia.
De hecho, la disparidad de resultados en una campaña de verano nefasta en términos generales se ha manifestado en algunos destinos que han registrado un número de visitantes razonable, ubicados en la cornisa cantábrica, donde los turistas han buscado zonas más tranquilas con menor aglomeración y más contacto con la naturaleza, tal y como informa, en su balance del verano, la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (Cehat).
En este sentido, el mes de septiembre presenta atractivas ofertas en España, Andorra y Portugal en este segmento. Alojamiento y pensión completa con relajantes rutas de senderismo, hoteles de cuatro estrellas con spa y circuito termal o el todo incluido con acceso al espacio fitness, son algunos de los packs de viaje más demandados. En este ámbito, tampoco faltan los chollos de última hora de escapadas con spa.
LA LÍNEA ASCENDENTE DEL TURISMO DE SALUD
El gasto medio de los turistas que visitan España para hacerse algún tratamiento de salud voluntario fue de 1.568 euros en 2019, según los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Este gasto se ha incrementado en 176 euros con respecto al año anterior, cuando fue de 1.392 euros.
En concreto, la tasa de variación anual es de un 12,6% más con respecto al año anterior, acercándose así a valores similares a 2017, cuando el gasto medio en salud de los turistas fue de 1.611 euros.
En 2019, el gasto medio por persona fue de 190 euros, lo que supone un incremento del 11,6 por ciento con respecto a 2018, cuando se situó en 170 euros. En cuanto a la duración media de los viajes, esta fue de 8,2 días, una estancia idéntica a la del año anterior.