Adelgazar es un proceso que no suele ser fácil. Deshacernos de esos kilos de más que nos incomodan, implica una serie de esfuerzos como introducir hábitos deportivos, revisar nuestra alimentación y restringir la ingesta de calorías. Después de poner toda nuestra voluntad para conseguir el peso deseado, llega el temor al efecto rebote, algo habitual con la mayoría de las dietas, especialmente si se vuelve al estilo de vida anterior.
Para evitar que esto ocurra debemos adoptar lo que se conoce como ‘dieta inversa’. No se trata de una dieta ni para ganar peso ni para perder, aunque el nombre nos pueda resultar impreciso. Es un método que se utiliza después de haber seguido una dieta para adelgazar en la que hemos reducido las calorías diarias.
4EVALUAR LOS CAMBIOS Y HACER AJUSTES
A medida que vamos aumentando la ingesta calórica progresivamente y a lo largo de un mínimo de 10 semanas, iremos evaluando cómo reacciona nuestro cuerpo a estos cambios. Si aumentamos 30 calorías diarias, en una semana habremos ingerido 210 calorías extra, y tenemos que comprobar la respuesta de nuestro organismo por si necesitamos ajustar la dosis de calorías. Si comprobamos que estamos aumentando de peso, puede que haya que reducir a 20 calorías, aunque también hay que tener en cuenta que es normal recuperar un poco de peso durante la dieta inversa, pero el efecto rebote se reducirá a la tercera parte, así que merecerá la pena.