Problemas, problemas y más problemas con la vuelta al cole. Cientos de padres retrasan la matrícula escolar de sus hijos porque creen que habrá un segundo confinamiento, de manera que se niegan a pagar para que sus hijos acaben estudiando en casa. Y otros muchos temen precisamente que acabe ocurriendo esto, pues no disponen de los medios necesarios para que puedan hacerlo.
“Nunca se ha retrasado tanto la campaña de matriculación”, explica Ignacio Vallejo-Nágera, cofundador de Micole en una entrevista con MERCA2. A cierre de agosto, muchos colegios seguían esperando “buena parte de las matrículas” y esto implica una oleada en los primeros días de septiembre.
Micole es una plataforma que se encarga de ayudar a los padres a encontrar “el mejor” colegio para sus hijos según preferencias como la distancia, actividades, el uso de tecnología o el tipo de centro entre los 4.000 colegios con los que colabora (más del 10% del total de centros en España). Y han notado cómo la falta de información con la vuelta al cole, ha llevado a los padres a retrasar esta elección hasta última hora.
INCERTIDUMBRE
“La indecisión tiene dos vertientes”, detalla. Los que no quieren pagar para que el niño esté en casa la mitad del año y las familias que no saben si tendrán estabilidad laboral para afrontar gastos. Algo que ha impactado de llenos en los centros privados y concertados. “Ahora se lo piensan dos veces, antes lo confirmaban en mayo” asegura.
Micole recoge la incertidumbre de cientos de padres que consultan su plataforma antes de matricular a sus hijos en un centro escolar. “No estaba en las quinielas que a 27 de agosto no hubiera directrices por parte de las autoridades cuando algunas clases empezaban el día 1 de septiembre”, detalla el cofundador.
“Era difícil prever como iba a ser, pero que hubiera rebrotes antes de la vuelta al cole era un escenario posible”. Y aquí ha habido varios afectados: los colegios, los alumnos y los padres, pero también los profesores, tanto los que no saben cómo será su vuelta al trabajo como los que no saben si trabajarán este año, cuando se supone que se va a contar con algo más de 41.000 nuevos profesores este curso.
EL GOBIERNO, SUSPENSO
La ministra de Educación y Formación Profesional, Isabel Celaá, ha sido muy criticada por delegar las responsabilidades a las comunidades autónomas tres días antes de que acabara agosto, pero ella defiende que desde mayo, se ha ido reuniendo con los consejeros de Educación de las CCAA a los que le ha ido proponiendo planes educativos.
Además, según Celaá, los 30.000 centros educativos que hay en España ya contaban con las pautas necesarias para poder avanzar de cara a la vuelta a las aulas. Sin embargo, una encuesta realizada por Micole entre familias, estudiantes y educadores, suspende al Gobierno por su gestión en materia educativa.
En mayo, un 72% de las familias aseguraba que no sabía si el centro donde estudian sus hijos iba a proceder a desinfectar las zonas y materiales especialmente sensibles. Es decir, no tenían nada claro las medidas higiénicas que iban a adoptar los centros en septiembre. Pues nadie les informaba.
Además, valoran de manera negativa las medidas que se tomaron durante el confinamiento como la de evaluar a los alumnos por las tareas realizadas desde casa, frenar los programas académicos o la propuesta de ‘aprobado general’ fueron las más controvertidas. Todo lo contrario que la flexibilización de la selectividad, esta si se recibió de forma positiva.
CLASES ONLINE
Según la encuesta, los españoles valoran de forma positiva el contacto que mantuvo el colegio con los padres durante la pandemia, un 67% afirma que fue forma regular. Este aspecto junto con la devolución de algunas cuotas en concepto de comedor, transporte o extraescolares, son de los más valorados.
El problema estuvo en el salto a las clases online, donde ha habido bastante diferencia entre los colegios públicos y privados. En los primeros, aseguran que no estaban preparados (un 60%), a diferencia de los segundos donde el 80% asegura que si estaban preparados para dar las clases de forma telemática.
Y aquí, lo que más preocupa, son las familias vulnerables. Pues casi el 90% coincide en que las instituciones deben poner medios para llevar Internet y dispositivos a casa de los alumnos que no disponen de medios económicos.
En esta línea, la mayoría ve razonable que en el corto y medio plazo se normalice la formación telemática, no como un sustitutivo, sino como un complemento que permita avanzar en los programas académicos. No obstante, los resultados de la encuesta reflejan que la formación telemática (por el momento) no es igual de válida que la presencial.