sábado, 23 noviembre 2024

El ‘engaño’ de las etiquetas de los supermercados

El asunto hacer compras en los supermercados es una tarea llena de muchos desafíos. Las amas y amos de casa, quienes semanalmente, o una vez al mes suelen hacer sus respectivas listas de mercados, se ven en la necesidad de adquirir alimentos básicos para el consumo diario, bien sea dieta, higiene personal, entre otros. Lo cierto es que uno de los problemas más comunes que podemos enfrentarnos a la hora de ir a las tiendas es con el dilema de las etiquetas.

Y es que, aunque no lo creas, lo que puedes ver como nutritivo en un primer momento, quizás no lo sea, tal vez en la etiqueta indica que es bajo en azúcar, aunque pudiera ser un engaño ese producto que acabas de incluir en el carrito de compras. De hecho, hay ciertas características que tienen las etiquetas de los alimentos, para que el consumidor tenga claro exactamente lo que está comprando, y conozca las bondades del producto.

Pero, ¿qué se esconde detrás de las etiquetas? ¿Será un engaño para que las personas compren el producto? No podemos olvidar que el estilo de vida de las personas ha cambiado mucho últimamente por las mismas situaciones que vivimos en la sociedad. Ante esto, lo frecuente es que las familias vayan y se lleven lo primero que ven en la tiendas, y a veces ni leen las instrucciones del producto.

Desde ya te recomendamos que lo hagas, y con lujos de detalles, porque algo que a simple vista pudieras ver como sano, posiblemente no lo sea. Te desvelamos algunos puntos sobre los engaños en los supermercados con las etiquetas de los alimentos.

2
Puntos de vista de los especialistas… ¿Qué escoden los supermercados?

Las investigaciones sobre las líneas de producciones de muchos supermercados no se han hecho esperar. Una de las más importantes que podemos traer a colación, viene de tres centros de estudios universitarios de los Estados Unidos: Delaware, Cornell y Colorado. Según los profesionales, las etiquetas crean en la mente de los consumidores dudas, y este tipo de malentendidos, pueden afectar a un grupo de personas, que generalmente son las que menor capacidad económica poseen.

Esto quiere decir, que si el objetivo central de las etiquetas es hacer que los supermercados sean más transparentes con lo que están vendiendo, y garantizar calidad en los productos, lo cierto es que no lo están logrando, el efecto es a la inversa, y muy negativo de cara al consumidor final, es decir, para las familias. En el caso de España, tenemos un ejemplo con los llamados ecológicos, biológicos y orgánicos.

Nos referimos a este tipo de alimentos de origen animal o bien sea vegetal, en la que su producción cumple con las normativas que garantizan la ausencia de los compuestos químicos. Pero, ¿es cierto que no tienen pesticidas? En las etiquetas de los supermercados no se brinda información de las implicaciones o efectos que tienen este tipo de prácticas en las propiedad como el sabor o la misma salubridad de la comida.

Es más, las etiquetas deberían ofrecer más detalles y fomentar una norma de etiquetado en la que se pueda especificar de una manera simple, las afectaciones en la que dichos procesados repercuten en la calidad y las calorías, cosa que nunca se sabe. El engaño es abismal, y deja en evidencia que no todo lo que te muestran es sano, ni constituye a información confiable.


- Publicidad -