Muy tempranamente los adolescentes están cayendo en el consumo de alcohol (13,8 años), muchísimo antes de probar por primera vez un cigarrillo, esto teniendo en cuenta los estudios formulados por la “Estrategia Nacional sobre Drogas”.
El hecho de consumir grandes cantidades de cerveza, destilados y vino pueden ser bastante comprometedores para la salud, pero en lo que corresponde a los adolescentes la infesta puede desencadenar en efectos más perjudiciales para su cerebro, puesto que es un órgano que se mantiene en pleno desarrollo hasta llegar a los 20 años de edad.
Durante la etapa de la adolescencia el cerebro se desarrolla en una fase denominada “poda neuronal”, una condición caracterizada porque las neuronas que no logran consolidarse adecuadamente tienden a eliminarse por completo. Es decir, el cerebro se encargara se seleccionar aquellas neuronas que son más esenciales en la transmisión de la información.
4Las bebidas alcohólicas como epicentro para adiciones
La sensibilización que experimenta el hipocampo a lo largo de su proceso de desarrollo es determinante para el consumo de alcohol, ya que un exceso de su ingesta repercutirá en la formación directa de la memoria.
Por ejemplo, los adolescentes que tenían una totalización de por lo menos 100 episodios de amplio consumo y en escasos periodos de tiempo, lograron obtener rendimientos paupérrimos en los test referentes a memoria, aprendizaje y funcionamiento visuoespacial.