Todos sabemos que si queremos llevar una dieta equilibrada, perder peso o simplemente mantenernos, tenemos que restringir o limitar algunos alimentos. Pero en nuestro listado de ingredientes prohibidos se han colado algunos que no deberían ser tratados como enemigos, por regla general. Hablamos de los hidratos de carbono, y más concretamente de las patatas. Un tubérculo que a todos nos encanta prácticamente en todas sus formas, y que colocamos directamente fuera del menú. Al menos durante esas temporadas en las que queremos tener un mayor control sobre lo que comemos para no engordar o para adelgazar algunos kilos. Pero tenemos una buena noticia que darte y es que podemos comer patatas sin engordar ni un gramo, todo depende de cómo las cocinemos.
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Es una de las formas más saludables y ligeras de consumir las patatas y aprovechar todos sus beneficios nutricionales. Se recomienda cocerlas con piel para obtener un mayor aporte de fibra, que hará que nos saciemos antes. Las calorías se reducen en comparación con las patatas fritas y podemos añadirles un chorro de aceite de oliva virgen en crudo para enriquecer, en sabor y nutricionalmente, nuestro plato. Además se digieren mucho mejor y la absorción es más eficaz.