La compañía dirigida por Ignacio Sánchez Galán, con problemas corporativos derivados del ‘caso Villarejo’, deberá tomar una decisión en los próximos años con respecto a sus ciclos combinados de gas. Tras mucho tiempo sin ser rentables para Iberdrola, de nuevo volverán a no compensar sus costes por la evolución de la tecnología de generación. Eso por no mencionar los problemas adicionales de emisiones de gases contaminantes.
Así se desprende de un informe al que ha tenido acceso MERCA2 de la consultora Carbon Tracker, especializada en análisis financieros de mercados energéticos. El primer punto de conflicto que plantea el documento es la capacidad de Iberdrola de adaptarse a las consignas de reducción de emisiones con el volumen que ahora mismo tiene de ciclos combinados de gas. Para ello, añaden desde la consultora, sería muy importante que la eléctrica de origen vasco marque una hoja de ruta precisa sobre el futuro cierre de estas plantas a partir de 2030. Fecha en la que marca que dichas centrales dejarán de ser rentables.
Y es que los ciclos de gas han supuesto un continuo quebradero de cabeza para todas las energéticas. Años atrás, y debido al bajón de consumo provocado por la crisis económica de 2008, su función fue de respaldo de otras tecnologías. Luego, cuando las renovables han entrado en el mix, y el uso del gas se ha potenciado, Iberdrola ha sido una de las compañías que lo ha hecho de forma más clara, resulta que su rentabilidad está en duda.
El informe refleja que cerca del 30% de las centrales estarían con un ingreso operativo negativo. Esta situación, según sus perspectivas para 2030, estaría cercana al 50%. Las plantas de Cádiz y Toledo, por ejemplo, serían de las menos rentables por cada MWh generado, siendo los ciclos de Castellón los que representan un mejor comportamiento a largo plazo.
Pasados 10 años, advierte el documento, casi todas las centrales de ciclo combinado de Iberdrola podrían llegar a tener un coste marginal más alto que la solar o eólica. Todo ello, sumado a una ecuación sobre la obligación de gestionar las reducciones contaminantes.
LA SOLUCIÓN DE IBERDROLA
Ante este escenario donde Iberdrola debe tomar medidas concretas para que la futura rentabilidad de los ciclos de gas no sea un problema, fuentes del sector aseguran a MERCA2 que la compañía dirigida por Sánchez Galán ya estudia como desinvertir estos activos.
Es decir, Iberdrola debe dar una respuesta ante sus inversores sobre qué hará con los ciclos de gas. Sobre todo en un contexto ‘verde’ donde las renovables irán ganando más peso y la tecnología de respaldo deberá ser el gas, pero en menor medida.
Además, desde el informe se señala que Iberdrola todavía no ha detallado un análisis de competitividad de sus activos de gas. Este tendría un impacto sobre el mercado al no poder manejar una información certera sobre la evolución de las plantan y el impacto que tiene el precio del pool eléctrico.