La división hotelera del grupo Globalia, Be Live Hotels, y la cadena BlueBay Hotels estudian fusionar sus proyectos empresariales para crear una compañía líder en el sector con «fuerte vocación de expansión internacional», un proceso que está siendo acompañado por Ernst & Young y PwC.
Según informan ambas compañías en un comunicado conjunto, el grupo resultante gestionaría un inventario de cerca de 100 hoteles y más de 21.000 habitaciones distribuidos en más de 15 países.
Así, la compañía tendría implantación en los primeros destinos vacacionales de España, República Dominicana o México además de en otros países como Cuba, Portugal, Marruecos o Colombia, entre otros.
Be Live Hotels es la enseña hotelera de Globalia, que agrupa 34 establecimientos de cuatro y cinco estrellas bajo seis marcas distintas: BeLive Collection (cinco estrellas), Be Live Experience Hotels (cuatro estrellas y cuatro estrellas superior), Be Live Family Resorts (público familiar), Be Live Adults Only (ambiente de parejas y amigos), Be Smart Hotels (precio equilibrado) y Be Live City Center (urbanos).
La cadena cuenta con más de 10.000 habitaciones repartidas por España, Portugal, Marruecos, el Caribe y Colombia. Espectaculares hoteles y resorts en lugares de ensueño.
OPERACIONES EN EL AIRE
Globalia afronta un período de cambios que trasciende los propios impuestos por la pandemia a causa del covid-19. El Grupo tiene pendiente de cierre un proceso de integración de su negocio de agencias de viajes con Ávoris (Barceló). Por lo pronto los planes de ambos grupos se han aplazado ante la necesidad de ambos de centrarse «en sus propios negocios y en relanzar su actividad tras el parón de los últimos meses».
Por otro lado, el calendario avanza y los plazos apremian en la venta de aerolínea de Globalia, Air Europa, a Iberia dependiente del holding IAG. La compra se ha vista fuertemente tensionada por la irrupción del coronavirus, que ha alterado el contexto de la negociación con el sector de las aerolíneas en sus horas más bajas.
Ante la devaluación del precio de salida de la transacción -1.000 millones de euros-, fijado el pasado mes de noviembre, en un escenario completamente ajeno al desplome del sector que ha sobrevenido con la crisis sanitaria, ahora Iberia quiere renegociar las condiciones originarios mientras Air Europa se aferra al compromiso suscrito hace meses.