Aunque el suministro de mascarillas es bastante más satisfecho en la actualidad, no todos pueden permitirse comprar suficientes unidades como para cambiarlas según las recomendaciones de los fabricantes. Por tanto, la mayoría de las personas está desinfectando sus mascarillas, incluso si son desechables. De esa forma pueden alarga algo su vida, aunque podrían estar reduciendo su efectividad si la desinfección no se hace correctamente.
Según los estudios, si las mascarillas se mojan o no están bien limpias, su efectividad se ve afectada. Por eso es importante una buena desinfección y conocer cuáles son los límites de cada tipo de mascarilla.
3Consecuencias de una mala desinfección
Si se intenta lavar con agua o de forma inadecuada una mascarilla que no está hecha para eso es posible que la humedad estropee el tejido filtrante y su efectividad sea más baja tras la desinfección o que sea prácticamente nula. Por tanto, de poco servirá hacerlo, ya que estarás tan desprotegido como no llevándola.
Por tanto, siempre respeta las indicaciones del fabricante y las recomendaciones de los expertos. Por ejemplo, las autofiltrantes no se deben lavar ni humedecer, porque el tejido perdería sus propiedades. Solo se deberían desinfectar en su zona de contacto con la cara y nariz.
Por otro lado, también podría ocurrir que la desinfección no sea la adecuada. Que apliques algún tratamiento que consideres seguro y realmente no estés desinfectando las mascarillas con él. En ese caso, seguirán estando sucias o con virus, por lo que se considerarían peligrosas para volverla a usar. Por ejemplo, algunos las pulverizan o las frotan con alcohol o lejía, lo que podría no ser correcto.
Para que nada de eso ocurra deberías leer las siguientes recomendaciones…