Si hace un año nos hubieran dicho que la mascarilla iba a ser el complemento más usado en el verano de 2020, no lo habríamos creído, pero ha resultado ser así. Proteger nuestra nariz y boca es la mejor solución que tenemos por el momento para evitar contagiarnos y contagiar el coronavirus. De hecho, el uso obligatorio en todo momento de la mascarilla es cada vez más habitual en más Comunidades Autónomas.
Castilla-La Mancha, Cataluña y País Vasco son algunas de las que han establecido la obligatoriedad de llevar mascarilla en todo momento en los sitios públicos, aunque se pueda guardar la distancia de seguridad. Esto implica que hay que llevarla durante muchas horas, y al final no podemos negar que resulta algo molesta, especialmente en la zona de las orejas. Por eso, vamos a ver algunos trucos para que podamos protegernos y proteger a los demás y disminuir las molestias asociadas al uso de este complemento tan particular que debemos llevar a todas partes.
6Otros problemas causados por las mascarillas
Además de las molestias detrás de las orejas causadas por las gomas de la mascarilla, lo cierto es que este producto nos puede causar otros problemas que podemos solucionar fácilmente. La fricción entre la mascarilla y la cara puede hacer que la piel se agriete, se inflame e incluso se irrite. Podemos evitarlo si limpiamos bien la zona con un jabón neutro y aplicamos crema hidratante (mejor sin fragancia).
Las zonas más prominentes como el tabique nasal y los pómulos tienen una mayor tendencia a irritarse. En este caso lo que podemos hacer es aplicar directamente un poco de vaselina si sabemos que vamos a tener que llevar la mascarilla durante mucho tiempo. Si la zona ya sufre algún daño, es recomendable taparla con un apósito.
Lo que no es nunca recomendable es llevar maquillada la parte de la piel que queda debajo de la mascarilla. Al llevarla puesta la piel no respira bien, y el maquillaje tiende a obstruir los poros en aquellos casos en los que la piel no puede transpirar.
Con estos pequeños consejos podemos conseguir que llevar la mascarilla a diario no se convierta en una auténtica tortura. Es cierto que las molestias tras las orejas y las irritaciones de la piel son desagradables, pero este es el pequeño precio que tenemos que pagar para estar bien protegidos.