En cuanto llega el calor y los días se alargan, la población comienza a llenar las terrazas, los bares, los chiringuitos de la playa. Forma parte de nuestra idiosincrasia, probablemente está relacionado con el clima, las muchas horas de luz y el carácter afable y sociable. El caso es que estas actividades de ocio implican consumo de alcohol: un cóctel por aquí, un vino por allá, una buena sangría…
El calor también se presta a ello, y tendemos a llenar nuestra nevera con botellines de cerveza que saben a gloria cuando están bien fresquitos. Pero nunca está de más conocer los efectos negativos del alcohol sobre el organismo, especialmente cuando se consume en los días calurosos de verano. Toma nota y ten cuidado.
5MODERACIÓN (O ABSTENCIÓN)
Si queremos evitar estos riesgos es fundamental controlar el consumo de alcohol y limitarlo a momentos puntuales. O bien no consumirlo en absoluto y optar por otro tipo de bebidas. Pero si nos apetece tomar algo de vez en cuando o dejarnos llevar alguna noche, no podemos olvidarnos de beber agua. La cantidad de orina que se expulsa es un tercio mayor que la cantidad de alcohol que se consume. Esto significa que para reemplazar el líquido que perdemos necesitamos tomar dos vasos de agua por cada bebida alcohólica.