El coronavirus lo ha cambiado absolutamente todo, incluso nuestra forma de relacionarnos, y también ha afectado directamente a la forma en la que muchas personas se ganan la vida. Mientras algunos continúan de ERTE, los autónomos están intentando adaptarse como pueden a la nueva normalidad. Y mientras tanto, el espíritu emprendedor sigue ahí tan presente como siempre, pero está claro que también se va a ver afectado.
Poco a poco vamos viendo datos y previsiones sobre el impacto que tendrá el coronavirus en el emprendimiento y parece que no nos espera una situación positiva. Aunque es cierto que en los últimos meses han surgido nuevas oportunidades de negocio, también es verdad que muchas personas con buenas ideas perciben que la situación actual no es la mejor para lanzarse a la aventura de montar un negocio, y esto no es nada positivo ni para los emprendedores ni para la economía en su conjunto.
El coronavirus nos lleva de vuelta a 2008
Así de claro y de sencillo, así lo ven desde el Observatorio del Emprendimiento, la Red GEM España, que ha hecho algunos ajustes en su informe sobre el emprendimiento en España para el período 2019-2020 a raíz de la crisis del coronavirus.
Aunque en nuestro país hay mucho espíritu emprendedor, lo cierto es que este no se fomenta demasiado y la mayoría de la gente no sabe ni los trámites que tiene que hacer para montar una empresa o empezar a trabajar por su cuenta, lo que hace que la opción de montar un negocio sea inviable para muchas personas.
A pesar de ello, el número de emprendedores ha ido creciendo poco a poco en los últimos años. Gracias en gran medida a que la formación y la información son ahora más accesibles y a la puesta en marcha de ayudas y subvenciones públicas como la tarifa plana.
Antes de la crisis económica del 2008 un total de 8 de cada 100 personas se animaba a poner en marcha su negocio, unos datos que más o menos se repetían desde la recuperación económica. Sin embargo, con la llegada del coronavirus todo parece haber cambiado y la expectativa es que volvamos de nuevo a las cifras de emprendimiento de la crisis anterior, que eran bastante más bajas.
Con el coronavirus la incertidumbre es todavía mayor
Siempre que hay una crisis económica el nivel de emprendimiento desciende, esto es algo totalmente normal. Si poner un negocio en marcha siempre es complicado, lo es todavía más si el mercado no parece estar en su momento más propicio. Así que es común encontrarse a personas que tienen ideas que podrían triunfar pero que no se deciden a dar el paso de emprender por miedo a lo que pueda pasar.
La peculiaridad del momento que estamos viviendo ahora mismo es que la incertidumbre es todavía mayor. En términos económicos se pueden hacer previsiones sobre cómo evolucionarán las cosas, pero con un virus no podemos recurrir a la exactitud de las matemáticas.
Por el momento no tenemos ni vacuna ni medicamentos realmente eficaces, por lo que el fantasma del rebrote siempre va a estar ahí. De hecho, en España ya tenemos a varias regiones aisladas para evitar la propagación del virus.
Ahora mismo los autónomos y las empresas no saben muy bien cómo afrontar la situación, ya que a día de hoy intentan trabajar con normalidad, pero de aquí a una semana las cosas podrían cambiar mucho.
Es decir, que atravesamos un momento de total incertidumbre en la que no podemos hacer planes ni a medio plazo, y esto no es bueno para la economía y mucho menos para los emprendedores, que necesitan de una cierta estabilidad para poder sacar adelante su negocio.
El emprendimiento será clave en la recuperación económica
Puede que las perspectivas en cuanto al futuro del emprendimiento en España no sean demasiado positivas, pero todos los expertos coinciden a la hora de señalar que los emprendedores van a tener un papel protagonista en la recuperación económica.
Pero el perfil del emprendedor con el que nos vamos a encontrar y los nuevos modelos de negocio serán algo diferentes. Tras el coronavirus se necesitan negocios que se orienten hacia el bienestar y que además tengan una buena capacidad productiva, sin dejar de lado la sostenibilidad.
Lo bueno es que a pesar de las dificultades la motivación que lleva a muchas personas a emprender sigue ahí, y más ahora que son necesarios negocios con una importante vertiente social.
Aunque generar ingresos y tener una ocupación sigue siendo la principal razón para emprender, a medida que los jóvenes se animan a poner en marcha sus propios negocios van ganando peso la posibilidad de generar riqueza y de satisfacer necesidades como motivos para iniciar la aventura de tener un negocio propio.
¿Podemos mejorar el ecosistema emprendedor?
A raíz del coronavirus se han aprobado un buen número de ayudas para autónomos y empresas, y los emprendedores también esperan su oportunidad, pero no solo en forma de dinero.
Quienes tienen una idea innovadora y quieren verla convertida en una realidad reclaman a los Poderes Públicos que el proceso sea mucho más sencillo, que se reduzca la burocracia y se ajuste la legislación fiscal para ayudar a los negocios de nueva creación. Siendo también necesario que se fomente el espíritu emprendedor entre los más jóvenes y que haya una buena formación en esta materia.
Si mejoramos el ecosistema aumentarán los niveles de emprendimiento, algo que ya ha ocurrido en países de nuestro entorno. Ahora que empieza una etapa de reconstrucción económica y social a todos los niveles, los expertos abogan por hacer cambios y cultivar la cultura emprendedora, de forma que asciendan los niveles de personas que piensan que en España hay buenas oportunidades de negocio y que no perciban el miedo al fracaso empresarial como la principal barrera para emprender.
No son pocos los especialistas que afirman que ahora mismo tenemos ante nosotros una muy buena oportunidad para ayudar a que el talento emprendedor se desarrolle y consiga el éxito. Algo que, sin duda, beneficiaría al conjunto de la sociedad y también a la economía.