Los conspiranoicos siempre han estado mal vistos por la sociedad o, mejor dicho, se ha guiado a la sociedad para que los miren mal. Así se garantizaban algunos poderes, o algún lobby concreto, que nadie creyese a esas personas, aunque tuviesen la razón. Y aunque bien es cierto que no todas las conspiraciones que se comentan son reales, algunas de ellas se ha podido demostrar que sí que eran ciertas (otras aún no se ha podido demostrar).
Demostrar que una conspiración es cierta no es sencillo. En muchas ocasiones se depende de la desclasificación de documentos secretos, o tienen detrás grupos de presión muy poderosos que no dejarán que se sepa fácilmente lo sucedido. Ahora, con grupos como Anonymous, o ciertos ataques cibernéticos que consiguen filtrar información, es algo más sencillo.
Pero no te creas todo lo que te cuentan. Hay historias de la conspiración y amigos de las teorías conspiranoicas que están «puestos» intencionadamente para difundir fakes o generar una opinión entre la gente de forma intencionada. Es decir, detrás de algunas campañas de desinformación, difusión de noticias falsas, o conspiraciones, podría haber otra conspiración o plan trazado con un objetivo o intención…
3La culpa es de la grasa
Algo similar a lo del tabaco ocurrió con el azúcar. Ya sabes que es uno de los venenos más perjudiciales para tu salud. Pero la industria azucarera es muy poderosa y durante las décadas de los 60-70 se publicaron algunos estudios bastante llamativos.
En aquel entonces se estaba estudiando los factores de riesgo cardiovascular de las dietas. Los dos enemigos eran el azúcar y las grasas saturadas. Pero pronto se descartó al primero y se le echó toda la culpa a las grasas. Así la industria azucarera podía seguir vendiendo su veneno como si nada e inundar el mundo de enfermos bajo este acto de silencio consentido.
Científicos reputados de Harvard, publicaciones en la revista Science, y otros confirmaron esto, quizás financiados por la industria azucarera para arrojar los datos que se querían mostrar. Pero con los años se ha descubierto que el azúcar es mucho más letal que las grasas. Algo que recuerda a algunos estudios actuales que dicen que un producto es maravilloso cuando otros estudios de terceros (no financiados por la industria o empresa interesada) dicen lo contrario…
Y es que las conspiraciones en el mundo del consumo están a la orden del día. Solo parece importar las ganancias, y no la salud y el bienestar de los consumidores.