Las pizzas son ese conglomerado de ingredientes variados y al gusto como el queso, el jamón, el atún, cebolla, o, tomate, entre otros muchos, que se introducen en una masa circular de pan, fina o gruesa, que se cuece al horno y que ingerimos de manera rápida. Se trata de una comida sencilla, barata y fácil de cocinar de origen italiano, que podemos encontrar en los supermercados ya preparadas y listas para tomar.
Y es que, de el arte de hacer una buena pizza a comer un producto congelado hay muchísima diferencia. Si en el 2017 la UNESCO reconoció el arte de los pizzaioli (pizzeros) de Nápoles como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, hoy en día existen infinidad de variedad de pizzas congeladas en los supermercados, que sentimos comunicaros, que jamás deberías comprar. Os explicamos el por qué.
2Pizzas de jamón y queso de Campofrío
Esta es otra de la pizzas nada recomendables según la OCU, ya que en su listado de ingredientes, el jamón como tal, ni siquiera aparece por ningún lado. De hecho, uno de sus componentes principales (creemos que es el jamón), lo clasifica como «carne de cerdo especiada (15%)«. Una masa rociada de grasa de palma, tomate concentrado o almidón modificado, entre otros ingredientes, que no hacen precisamente de esta pizza un manjar…