El viejo dicho de ‘somos lo que comemos’ está cada vez más unido al de ‘somos lo que dormimos’. ¿La razón? Que cada vez hay más evidencias de que el descanso es tan o más vital que lo que ingerimos o del ejercicio que hacemos. Si no duermes bien, absolutamente todo puede fallar (el metabolismo, la salud física y mental, los niveles óptimos orgánicos, el humor…). Y uno de las consecuencias más habituales es la ganancia de peso. De repente engordas y no sabes por qué: comes igual y tus rutinas son las mismas pero cada vez pesas más. Pues seguramente tengas que cambiar los hábitos nocturnos, y no sólo en cuanto a dormir unas horas mínimas, sino lo que haces antes de irte a dormir, factor igual de importante.
El descanso es una parte fundamental para conseguir una calidad de vida correcta. Estamos genéticamente predispuestos a dormir entre 7 y 9 horas al día. Por lo qué si duermes más o menos horas, te perjudicará la salud. Pero, ojo, dormir más ha demostrado ser tan perjudicial como la carencia. Dormir más de 9 horas al día aumenta el riesgo cardíaco, por ejemplo, según estudios científicos y experimentos con voluntarios. Así que toma nota para cambiar tus hábitos y tener un sueño reparador.
3El alcohol, el tabaco o la cafeína, de los peores hábitos nocturnos
Aquí estamos también muy avisados de continuo. Todos sabemos y lo hemos además experimentado, que beber alcohol, fumar o tomar café por la noche no ayuda mucho a dormir, es otro de los hábitos nocturnos perniciosos. Sus propiedades hacen que alteren el sueño y además tiene muchas calorías, con lo que seguimos contribuyendo a engordar.
¿La solución? Acostúmbrate a optar por un vaso de leche caliente o licuados naturales, si necesitas realmente beber algo que no sea agua por la noche. Pero lo ideal es terminar, al igual que al levantarte, con un vaso de agua pura. En cuanto al tabaco, si no logras dejar de fumar, al menos no lo hagas una hora antes de irte a dormir.