Es posible que desde hace tiempo te ronde por la cabeza la idea de poner un negocio en marcha, pero eso de ser autónomo te dé un poco de vértigo. Has oído miles de cosas sobre lo complicado que lo tiene este colectivo y eso te asusta. Pero, admítelo, también te seduce la idea de ser tu propio jefe y hacer realidad tu sueño.
No te vamos a mentir, ser autónomo no es nada fácil. No solo vas a tener que atender a tu negocio, también hacer gestiones y trámites administrativos, llevar la atención al cliente, emitir facturas, acordarte de tributar a tiempo… Y al mismo tiempo puede ser una experiencia muy gratificante que te haga crecer personal y profesionalmente. Vamos a ver 5 razones que te quitarán las ganas de darte de alta en el RETA y otras 5 que harán que vayas corriendo a hacer los trámites para iniciar tu actividad.
5Tienes menos protección social como autónomo
Un autónomo cotiza menos que un trabajador por cuenta ajena y esto se pone de relieve en las medidas de protección social. La cuantía que cobras en caso de sufrir una incapacidad temporal es muy baja, y además durante el primer mes debes hacer frente al pago de la cuota de la Seguridad Social, aunque ya no estés teniendo ingresos.
Y la pensión de jubilación también se ve afectada. Un autónomo jubilado cobra entre un 40% y un 60% menos de pensión que un trabajador por cuenta ajena, lo que le obliga a buscar alternativas de ahorro para la jubilación que al final también suponen un gasto extra y disminuyen su capacidad económica presente.