Es posible que desde hace tiempo te ronde por la cabeza la idea de poner un negocio en marcha, pero eso de ser autónomo te dé un poco de vértigo. Has oído miles de cosas sobre lo complicado que lo tiene este colectivo y eso te asusta. Pero, admítelo, también te seduce la idea de ser tu propio jefe y hacer realidad tu sueño.
No te vamos a mentir, ser autónomo no es nada fácil. No solo vas a tener que atender a tu negocio, también hacer gestiones y trámites administrativos, llevar la atención al cliente, emitir facturas, acordarte de tributar a tiempo… Y al mismo tiempo puede ser una experiencia muy gratificante que te haga crecer personal y profesionalmente. Vamos a ver 5 razones que te quitarán las ganas de darte de alta en el RETA y otras 5 que harán que vayas corriendo a hacer los trámites para iniciar tu actividad.
2Tienes que vivir con el estrés de no saber lo que vas a ganar
Mientras que un trabajador por cuenta ajena sabe lo que va a ganar cada mes, como autónomo nunca tienes esa seguridad. Dependes exclusivamente de la situación económica, del mercado y de tu capacidad para vender tus productos o servicios. Esto te pone en una situación de incertidumbre que te dificulta la toma de decisiones y genera estrés.
Es posible que atravieses un período de alta facturación, pero incluso en ese caso debes actuar con precaución porque sabes que pueden llegar épocas en las que factures muy poco o prácticamente nada. Por tanto, vives en una constante incertidumbre sobre lo que pasará mañana y si el mes que viene podrás hacer frente a todos tus gastos.