Si la vida del autónomo nunca está exenta de problemas y preocupaciones, es frecuente que el momento de la jubilación tampoco mejore mucho las cosas. Y es que, como seguro que ya sabes, la pensión media de los autónomos jubilados en España está en torno a los 700 € mensuales, algo que se debe a que la mayoría de los trabajadores por cuenta propia optan por cotizar por la base mínima.
Si la jubilación puede suponer una importante pérdida de poder adquisitivo, la cosa se complica todavía más si se tienen deudas pendientes una vez que se ha finalizado la vida laboral. Sin embargo, existen algunas alternativas que pueden hacer que el autónomo jubilado que tiene pendientes obligaciones de pago pueda vivir con más tranquilidad.
1La incompatibilidad entre deudas y pensión de jubilación para el autónomo
Cuando un asalariado se jubila en ningún momento se evalúa si situación económica, pero en el caso del autónomo no ocurre así. Un profesional que cumple todos los requisitos para poner fin a su actividad laboral no tiene derecho a cobrar una pensión de jubilación hasta que no haya satisfecho sus deudas con la Seguridad Social.
Aunque nuestro ordenamiento jurídico recoge la opción de la prescripción de las deudas, lo cierto es que la Seguridad Social nunca pierde la oportunidad de cobrar lo que se le debe y siempre reclama a tiempo, así que la deuda no se extingue por el mero paso del tiempo. Esto puede implicar que un autónomo a punto de jubilarse se encuentre con que tiene pendiente de abono una deuda de hace muchos años más los correspondientes intereses.
Ante una situación de este tipo al autónomo no le queda más remedio que hacer las gestiones pertinentes para sufragar la deuda o bien solicitar un aplazamiento de pago. Entonces ya podrá acceder a su pensión pública de jubilación.