Naturgy acelera su plan para plantar sus gasineras, zonas de repostaje de gas natural, en las principales zonas logísticas del país, según fuentes del sector. Las mismas apuntan a que el parón económico, debido a la cuarentena, junto con el auge del comercio digital, que exige una mayor movilidad de los vehículos de reparto, estarían detrás de una actitud más agresiva para captar nuevos puntos de negocio. Aunque la compañía resta valor a la ofensiva y la circunscribe al plan anunciado dos años atrás por el cual tenía previsto duplicar el número de estaciones en el país.
Los planes de expansión de la gasística se enfocan bajo distintas modalidades. La primera consiste en alcanzar un acuerdo con los propietarios de la misma para alquilarla. En este sentido, la explotación y los beneficios recaerían sobre la propia compañía, la cual simplemente pagarías una renta por su uso. La segunda sería la de convertirse en copropietaria de la estación. Así, Naturgy ofrece la puesta a punto de la misma, con recarga de gas natural y en algunos casos también eléctrica, lo que le daría derecho a una participación de los beneficios. Por último, la gasística también ha llegado a distintos acuerdos, como con Repsol, para colocar postes de recarga en los otras muchas estaciones.
Tanto una propuesta como la otra proporcionan dos grandes beneficios para Naturgy: por un lado, le ofrece una mayor flexibilidad, dado que no debe asumir importantes costes fijos como si tuviera que comprar cada estación. Un modelo cada vez más demandado en el sector de las gasolineras. Por otro, el establecimiento de puntos de recarga de gas, a los que la propia firma suministra, les permite incrementar su negocio core y dar salida a parte de sus reservas. Una operativa, la de vender el excedente de gas, que ha ganado mucho peso dado el difícil contexto actual del sector y los contratos mayoristas de abastecimiento que tiene la firma cerrados.
UN NEGOCIO ENFOCADO, PRINCIPALMENTE, A LOS CAMIONES
El negocio de las gasineras de Naturgy, que debería crecer a buen ritmo en los próximos años, se centra en un cliente muy específico: los camiones propulsados por gas natural. A medida que se impone una mayor concienciación en cuanto al cambio climático y la movilidad sostenible las alternativas no han parado de crecer. El problema es que la electrificación para vehículos de carga pesados es más complicado que para los ligeros. Al fin y al cabo, la necesidad de una mayor autonomía y el peso que mueven representan todavía un reto importante para el que no hay una respuesta eficiente (para fabricar en masa y a coste razonable). Pese a que distintas firmas, entre ellas Tesla, ya están detrás de ello.
Pero, la única solución viable, por el momento, es el del gas natural. De hecho, Carrefour anunció recientemente que había vuelto a aumentar su flota de camiones propulsados por gas natural licuado. Con ello, la firma francesa explicó que ya realiza el 90% de los servicios a sus hipermercados en Madrid con vehículos propulsados por dicha sustancia, lo que le ha permitido una reducción anual de emisiones de 7.000 toneladas de CO2. La tecnología está en auge hasta el punto de que el propio Gobierno de Alemania ha promovido distintas medidas para que se incremente su uso, dentro de su ambicioso plan de movilidad.
Por ello, Naturgy ha puesto el punto de mira en las zonas logísticas más importantes de España. En este caso, la compañía ha pisado el acelerador en la parte noreste de la península para aprovecharse del importante núcleo logístico que representa la zona de los Pirineos. Mientras, a finales de año había extendido su presencia en la zona noroeste. De hecho, firmó un acuerdo para la puesta en servicio de la primera gasinera pública en Vilaba (Lugo), que sería la primera de Galicia. También recientemente ha proyectado otra estación en el parque empresarial de A Sionilla, en Santiago de Compostela.
PLAN DE ROTACIÓN DE ACTIVOS
Ambos proyectos, junto a muchos otros, buscan reforzar su influencia en zonas de mucho tránsito. Así, la gasinera en Lugo busca «la implementación estratégica cercana a la autovía A-8, punto de partida del corredor cantábrico, asegurará la posibilidad de repostaje a la totalidad de las flotas en Galicia con destino al norte de España y Francia/Europa», explicaba la compañía. Mientras, que la segunda “da acceso a las principales vías de comunicación de Galicia”. También ha asegurado su presencia a lo largo del arco Mediterráneo y en las zonas centrales con otros puntos de recarga en la provincia de Albacete o Ciudad Real.
La apuesta de la compañía se enmarca dentro de una política mayor de rotación de activos que busca apostar por tecnologías menos contaminantes. En concreto, bajo las nuevas directrices el equipo de Reynes busca conformar en el medio largo plazo una cartera de activos con predominancia renovable que deberían adquirirse a lo largo de los próximos años. Aunque, las inversiones han sido escasas todavía. No así en el tema de la movilidad, dado que Naturgy ya posee la mayor red de estaciones de servicio de GNC y GNL, aunque eso sí en su mayoría con postes de recarga más que con estaciones completas.