A la mayoría de los autónomos les da cierto miedo pensar en su jubilación, y no es de extrañar si tenemos en cuenta que las pensiones de este colectivo no son muy altas. Esto se debe a que con frecuencia el trabajador por cuenta propia no puede permitirse subir su cuota de cotización. Así que cuando llega el momento de dejar el trabajo, lo que recibe a cambio de lo que ha cotizado es una prestación muy baja.
Aunque se ha criticado mucho la fuerte desigualdad entre autónomos y asalariados en temas de jubilación, lo cierto es que dichas críticas no han servido de nada, puesto que las cosas no han mejorado. Esto implica que el profesional que va llegando a la edad de jubilarse y ve que va a perder mucho poder adquisitivo al pasar a cobrar una pensión pública tiene que buscar alternativas, y entre ellas está la jubilación demorada.
3Algunas consideraciones sobre esta modalidad de jubilación
Para poder acceder a la jubilación demorada el interesado debe haber cotizado un mínimo de 15 años a la Seguridad Social y haber sobrepasado la edad legal de jubilación que esté establecida en cada momento. Además, esta jubilación no es compatible con otras modalidades como la jubilación activa o la flexible, que también son muy utilizadas por los autónomos.
El trabajador que sigue en activo sobrepasada la edad de jubilación sigue cotizando con normalidad, pero hay que tener en cuenta que a partir de los 70 años ya no es posible acumular más años de cotización. Así que a partir de ese momento al autónomo no le sirve de nada seguir trabajando.
Por otro lado, si una persona cumple los requisitos para cobrar la pensión máxima y decide optar por una jubilación demorada, en este caso no tendrá derecho a que se amplíe su cuantía con los complementos que son habituales en este tipo de jubilación.