Llevamos ya unos meses familiarizados con el uso de la mascarilla, desde que se inició el estado de alarma y se agotaron en las farmacias. Por un tiempo eran un elemento recomendado para quien quisiera reforzar la protección, pero a mediados de marzo, se publicó una orden en el BOE donde quedaba constancia de la obligatoriedad de su uso. Por lo tanto ahora mismo, todos debemos tener al menos una en casa y ponérnosla para salir a la calle, ya que incumplir esta ley conlleva una sanción de 100 euros.
2MASCARILLA COMO BUFANDA
Uno de los errores más comunes es bajarse la mascarilla y dejarla en el cuello a modo de bufanda o collar, ya sea para comer, fumar, conducir o descansar un rato y respirar sin esa barrera. Es bastante tentador porque resulta cómodo y rápido, y a veces, a lo largo del día, necesitamos apartar la mascarilla de la cara con cierta frecuencia. Pero los expertos ya nos han advertido que de esta forma se puede producir una contaminación cruzada, porque los gérmenes y los virus de otras personas se quedan adheridos en la parte externa, y al bajar la mascarilla esta rozará con nuestro cuello y posiblemente con la parte interior del tejido, que después volveremos a colocar sobre nuestra boca. Además, al retirarla así la estaremos tocando y los microorganismos pasarán a nuestra mano.