La palabra ‘campechano’ ha sido la que más ha definido a Juan Carlos I durante gran parte de su reinado. Prácticamente se ha apropiado del término, si buscamos ‘campechano’ en el diccionario, aparecerá la foto del rey emérito. Ha protagonizado momentos graciosos en los que se ha mostrado cercano al pueblo, sin la distancia y la seriedad que exigen el protocolo, y esto se ha ganado la simpatía de los españoles. La cuestión es que mientras, de puertas para afuera, bromeaba sobre su fractura de cadera, aceptaba las gafas de ‘Caiga quien caiga’ de las manos de Gran Wyoming o lloraba como una magdalena en las olimpiadas del 92, de puertas adentro se dedicaba a hacer tejemanejes corruptos. Y al final el pueblo se ha hartado. ¿Cómo se ha llegado a este punto? Estos son algunos de los hechos que han cabreado a los españoles.
5FUNDACIONES
Otros asuntos que se han destapado y que perjudica enormemente la imagen de Juan Carlos I, son las fundaciones en las que también se vio afectado su primogénito y actual rey. La fundación Zagatka, con cuentas en paraísos fiscales, la creó su primo en 2003 y en los documentos oficiales aparecen padre e hijo como beneficiarios. Por otra parte se encuentra la fundación Lucum, vinculada también con Felipe VI como beneficiario. Es a través de esta fundación que se realizó un ingreso de 100 millones de dólares de regalo para Juan Carlos I desde Arabia Saudí.