La palabra ‘campechano’ ha sido la que más ha definido a Juan Carlos I durante gran parte de su reinado. Prácticamente se ha apropiado del término, si buscamos ‘campechano’ en el diccionario, aparecerá la foto del rey emérito. Ha protagonizado momentos graciosos en los que se ha mostrado cercano al pueblo, sin la distancia y la seriedad que exigen el protocolo, y esto se ha ganado la simpatía de los españoles. La cuestión es que mientras, de puertas para afuera, bromeaba sobre su fractura de cadera, aceptaba las gafas de ‘Caiga quien caiga’ de las manos de Gran Wyoming o lloraba como una magdalena en las olimpiadas del 92, de puertas adentro se dedicaba a hacer tejemanejes corruptos. Y al final el pueblo se ha hartado. ¿Cómo se ha llegado a este punto? Estos son algunos de los hechos que han cabreado a los españoles.
3CASO CORINNA
Corinna y Juan Carlos I mantuvieron una relación secreta desde 2004. Se cuenta que la empresaria se mudó con su hijo a La Angorilla, una residencia situada en el Pardo y que es Patrimonio Nacional. El rey emérito la visitaba con frecuencia y pasaba allí algunas temporadas. Además les hizo costosos regalos. El amor dio paso a los negocios y la opinión pública empezó a sospechar de la influencia de la danesa en los asuntos reales, así que en cuanto se desveló el romance, tuvo que marchar del país.