Una práctica más que extendida es el uso de bastoncillos de algodón para la limpieza de los oídos. Aunque sean muchos los que lo hagan, y encuentres estos productos de higiene en cualquier supermercado, no significa que sean buenos para nuestra salud auditiva. Es por ello que hay que estar bien informados sobre las contraindicaciones del uso de estos.
Son muchos los médicos que desaconsejan a sus pacientes el uso de bastoncillos, ya que resultan ser del todo negativos para nuestros oídos. Por ello, a continuación encontrarás los motivos por los que son tan perjudiciales, y cuál es la forma correcta de limpiar tus orejas sin provocarte ningún daño.
1La misión de la cera en nuestros oídos
Los oídos son aparatos de audición que están formados por un conjunto de órganos de lo más delicados y complejos. Por ello, es muy importante tener un especial cuidad y mantener una higiene correcta en ellos. Muchas personas tienen creencias erróneas de que la cera es signo de suciedad y mala higiene, por eso muchos recurren a los bastoncillos para eliminarla.
La Academia Americana de Otorrinolaringología-Cirugía de Cabeza y Cuello han querido aclarar que hay una terrible tendencia a pensar que: «la cera es una señal de suciedad, una desinformación que conduce, en muchos casos, a hábitos inseguros de salud del oído«. Resulta que en realidad, la cera es una sustancia de lo más normal que produce nuestro propio cuerpo para proteger el oído.
La verdadera misión de la cera es la de actuar como auto-limpiador, manteniendo los oídos sanos de la suciedad externa, como puede ser el polvo, o incluso pequeños objetos que se adhieren a la cera. Es por ello precisamente que no llegan a entrar en el oído. En consecuencia, la cera tiene dos funciones muy importantes. La primera es la de actuar como filtro para evitar que entren elementos del exterior, y la segunda la de hidratar el conducto auditivo desde la parte externa hasta la parte interna.