Poner en marcha un negocio no es una tarea fácil. Son muchas las cuestiones que hay que tener en cuenta y que hacen necesario hacer análisis previos como un estudio de mercado o un plan de negocio. Pero además de todo esto, también hay que conocer el Producto Mínimo Viable o MVP según sus siglas en inglés. Un concepto que es imprescindible tener presente.
Con esto lo que pretendemos saber es si el producto o servicio que queremos ofrecer realmente le interesa al mercado. No debemos olvidar que muchas veces lo que hay detrás del fracaso de nuevos negocios es que sencillamente no han sido capaces de darse cuenta de que aquello que ofrecían no tenía interés para los consumidores.
3¿Qué ventajas tiene el MVP?
Poner en marcha un negocio desde cero o lanzar un nuevo producto al mercado implica hacer una importante inversión de tiempo, dinero y esfuerzo, por lo que conviene saber lo antes posible si eso que se quiere ofrecer al mercado tiene realmente posibilidades de triunfar. En este sentido, el Producto Mínimo Viable es una de las mejores herramientas que nos podemos encontrar.
A través del MVP podemos saber si el producto o servicio que queremos lanzar al mercado es realmente necesario y si la gente estaría dispuesta a pagar por él el precio que le queremos poner. Así, el emprendedor puede saber si está invirtiendo su tiempo en algo que realmente merece la pena y, a la vez, aprender de sus errores y aciertos.