
Montar una empresa no es nada sencillo, pero puede ocurrir que después de todo el esfuerzo y el tiempo invertido notemos que ha llegado el momento de decirle adiós a nuestro proyecto y dejarlo en otras manos. Vender un negocio no es nada extraño, y hay muchas razones detrás de esta decisión.
Hay quien vende su empresa porque le ha llegado el momento de jubilarse y quiere obtener así algo más de dinero para disfrutar de la jubilación. También hay quien lo hace sencillamente porque ha triunfado y aparece alguien dispuesto a pagar mucho por ese negocio. Y no hay que olvidarse de que hay quien vende su negocio sencillamente porque se ha cansado del mismo y quiere hacer otra cosa, o porque las cosas empiezan a ir mal y la venta es mejor alternativa que arruinarse intentando mantener algo que ya no funciona.
Las razones para vender pueden ser muy diferentes. Pero, en todo caso, hay una serie de síntomas que nos pueden estar indicando que para nosotros ha llegado el momento de decirle adiós a nuestro negocio. Vamos a verlas.
4Se te acumulan las deudas

La morosidad es uno de los grandes riegos que tienen que enfrentar quienes ponen en marcha un negocio. La rentabilidad de la empresa debería ser suficiente como para poder hacer frente al pago de los gastos, guardar algo de dinero para reinvertirlo en el dinero y que además la persona detrás del proyecto pueda vivir dignamente con los rendimientos que obtiene.
Pero por unas cosas o por otras es posible que empiecen a acumularse deudas. Cuando esto ocurre es momento de coger lápiz y papel y hacer cálculos. ¿Es posible que el negocio vuelva a ser rentable? ¿Qué se podría hacer? Algunas situaciones son salvables, pero en otros casos nos encontramos con que el negocio ha dejado de ser viable. En este caso, antes de seguir acumulando deudas, lo mejor es vender.