Todos los gurús de la prensa llevan mucho tiempo sobando el término ‘glocal’, que significa algo así como «piensa en términos globales y actúa en el entorno local». No corren buenos tiempos para las cabeceras de cercanía, que ven como se desploman sus ingresos cuando, en muchos casos, todavía ni siquiera ha culminado la transición hacia el entorno digital.
Facebook ha anunciado que regará con tres millones de euros a la prensa local europea y The New York Times ha lanzado una campaña en la que anima a suscribirse a periódicos locales, comarcales o regionales.
En Estados Unidos se han destruido en una década la mitad de los puestos de trabajo que generaba la prensa local y el 20% de los estadounidenses vive en puntos ciegos mediáticos o lugares no cubiertos por un diario local.
MITO Y SUELO DE LA PRENSA LOCAL
El expresidente estadounidense Thomas Jefferson afirmaba hace dos siglos que prefería tener «prensa sin Gobierno que Gobierno sin prensa». Y quizás las administraciones públicas deban comprender que tienen que defender la prensa local, a la que tampoco le haríamos ningún favor si la mitificamos.
Porque, es evidente, muchos medios locales son una colección de corta y pega de notas de prensa de administraciones afines, agendas culturales oficiales, publirreportajes de la constructora o de la caja de ahorros de turno, y entrevistas serviles a alcaldes y anunciantes. Y este diagnóstico tampoco crean que mejora mucho si analizásemos cualquier periódico de tirada nacional.
Pero también es evidente que en la prensa local abundan los buenos ejemplos. De echo, el Pulitzer de Servicio Público 2020 se lo ha llevado el periódico local Anchorage Daily News, que, en colaboración con una organización sin ánimo de lucro (la agencia de noticias ProPublica), ha lanzó un aplaudido serial de reportajes.
Este premiado trabajo de investigación realizado en cooperación versa sobre la violencia sexual en Alaska, estado en el que un tercio de las localidades no cuentan con presencia policial de ningún tipo.
PROYECTOS CONTRA LA ‘ESPAÑA MEDIÁTICA VACIADA’
La consultora Next Idea Media, responsable del digital Medialab, acaba de lanzar el Observatorio para la Transformación del Periodismo Local. Este nuevo proyecto se ha estrenado analizando el estado de salud de una prensa local que podría sobrevivir con la ‘paywallmanía’ o con nuevas vías de ingresos alternativas a cerrar contenidos.
Lluís Cucarrella, CEO de la citada consultora, ha lanzado el dossier «Retos editoriales de la prensa local en el mundo poscoronavirus» del que extraemos algunas ideas para hablar sobre el futuro de muchas cabeceras.
MEDIDAS INMEDIATAS
«El cambio de hábitos que ha causado el coronavirus, explica Cucarrella, obliga a los medios locales a tomar medidas inmediatas para no desaparecer. La pandemia ha abierto nuevas oportunidades para que los medios locales puedan situarse en el centro de las ciudades y conectar con los nuevos hábitos, pero es necesario actuar antes de que sea demasiado tarde».
La prensa local, malherida desde 2008, debe hacer unos deberes que pasan por digitalizarse, mirar al lector y reclamar a las administraciones públicas. Porque cabe recordar que el Gobierno central ha lanzado una campaña publicitaria de 66 millones de euros. ¿Cuánto dinero de esa partida irá para la prensa local? Poco o nada.
COO-PETICIÓN EN LA PRENSA LOCAL
Explica Cucarrella que «dos periódicos pueden perfectamente compartir el análisis de los bulos que circulan por el municipio y desmentirlos, racionalizando el esfuerzo y publicando al mismo tiempo los resultados, o realizar un mapa local digno, y después que cada uno lo mejore, o acometer una investigación conjuntamente».
El consultor dice que existen «tantos ámbitos de diferenciación que la calidad de uno y otro acabará notándose, y en esa colaboración general quienes salen ganando son los ciudadanos y también los propios periódicos que trabajen de manera colaborativa en casos necesarios».
La coo-petición, cooperación entre competidores, puede salir una solución, tal y como se ha visto en la premiada alianza entre Anchorage Daily News y ProPublica (que también se hizo con el Premio Pulitzer 2020 en la categoría de ‘periodismo nacional’ por unos reportajes sobre la serie de accidentes mortales que sufrió la séptima flota estadounidense en el Pacífico).
RESITUARSE EN EL CENTRO DE LA COMUNIDAD
Cucarrella asegura que «un periódico local ya no puede ser el centro de una comunidad sólo con su periódico impreso, si lo mantiene, y/o la web, o su presencia en redes sociales. Los eventos online, que debe empezar a organizar, las reuniones virtuales de colectivos, de especialistas, de políticos, de los responsables del área de salud, de las más brillantes mentes tecnológicas de la provincia, comarca o ciudad para que hablen de cómo otros jóvenes pueden desarrollar sus carreras«.
El consultor apuesta por un «cambio que implica (re)situar al periódico local en el centro de la comunidad. Esto obliga a estar donde están los lectores y a llegar a ellos mediante productos informativos y servicios que no necesariamente son noticias acumulándose en una web».
CONTRA LA NEUTRALIDAD
Muchos periódicos locales confunden pluralidad o neutralidad con mojigatería informativa. Explica Cucarrella que «un medio local no puede dar la sensación de ser neutral con las reivindicaciones justas de una provincia, comarca, municipio o barrio, si van en beneficio de todos y buscan nuevas formas de seguir adelante tras el Covid-19».
Y remata: «Es una obviedad, pero sigue muy arraigada en algunos medios locales esta idea de que un periódico no debe implicarse. Un periódico debe ser imparcial, pero no neutral ni por supuesto equidistante. Los lectores deben sentir que el medio local forma parte de la ciudad, que vive los mismos problemas y los apoya. Si la ciudad sufre una tasa de paro joven elevadísima (…) el medio local debe liderar esa reivindicación. No es suficiente con dar los datos fríos, o las declaraciones de unos u otros«. Tal cual…