El colesterol, junto con los triglicéridos, son las grasas que más abundan en tu cuerpo. Estas grasas las tomas a través de los alimentos. Cuando el hígado sintetiza demasiada grasa proveniente de la comida, aumentan los factores de riesgo de sufrir distintas enfermedades como, por ejemplo, arteriosclerosis.
El colesterol bueno es el HDL y se considera que tiene unos valores óptimos cuando está a más de 40 en hombres, y a más de 50 en mujeres. Si tienes muchos HDL también puede ser perjudicial para tu salud.
Los triglicéridos deben estar por debajo de los 150mg/dl en sangre y son las grasas de los alimentos que ingieres y del exceso de azúcar que sintetiza el hígado.
El colesterol LDL o malo, tendrías que tenerlo en niveles inferiores a 129mg/dl. Si sube de 160 es cuando comienzan los problemas de enfermedades cardiovasculares, como los infartos, anginas de pecho o ictus entre otros. No deberías tener el colesterol total por encima de los 200mg/dl. Esta es la suma del HDL y del LDL.
Hay formas de mantener el colesterol malo a raya y es incrementando el consumo del bueno. Te diré algunos trucos para conseguirlo.
5Jamón Ibérico
En España tenemos la ventaja de tener a mano el jamón ibérico. Esta carne curada contiene grasas animales, pero son muy similares a las del aceite de oliva.
Este alimento está reconocido como uno de los más saludables a nivel cardiovascular. Comer jamón ibérico, además de estar riquísimo, hace que tu colesterol bueno o HDL suba.
El problema de este producto es que no es apto para todos los bolsillos, pero puestos a elegir es un componente ideal para controlar el colesterol bueno y reducir el malo.