La Luna, el bello y único satélite natural que gira alrededor de la Tierra que siempre ha estado ahí. Que alumbra las noches más oscuras con esa luz tan característica y que tantos secretos guarda aún para el ser humano. De hecho, es tan atractiva que ya se preparan nuevas misiones espaciales para aterrizar de nuevo sobre su superficie y llevar nuevamente a humanos a ella.
Aunque… ciertamente varias de las afirmaciones del párrafo anterior son falsas. La Luna no ha sido siempre el único satélite natural de la Tierra; ni tampoco tiene luz propia, sino que es la luz del Sol la que se refleja sobre su superficie; y, lo más sorprendente, tampoco ha estado ahí siempre, o al menos desapareció en algún momento de la historia (y no fue por un eclipse). Pero tiene su explicación.
4El motivo por el que la Luna no brillaba
Pues bien, el sulfuro indica una gran erupción volcánica. Un supervolcán que llenó la atmósfera de gases sulfurosos en aquella época. Estos gases ocultaron la Luna durante meses, y por eso ocurrió aquello en 1110.
Además, esa capa de humo también pudo haber evitado el paso de la luz solar, enfriando más la Tierra y por eso el dato que aportan los árboles de aquella época.
No obstante, aún queda la duda de qué volcán pudo haber causado este evento en el que se ocultó la Luna. Se sabe, también por el estudio del hielo, que el volcán islandés Hekla entró en erupción en 1104. Una fecha cercana a 1110 (más aún sabiendo que podría haber un desajuste de unos 7 años en los estudios de las capas de hielo).
También pudo haber sido el volcán del Monte Asama de Japón, que erupcionó en 1108. Sea el volcán que sea, ahora se puede explicar que la Luna no luciera, aunque estaba ahí tras estas nubes de humo…