La Luna, el bello y único satélite natural que gira alrededor de la Tierra que siempre ha estado ahí. Que alumbra las noches más oscuras con esa luz tan característica y que tantos secretos guarda aún para el ser humano. De hecho, es tan atractiva que ya se preparan nuevas misiones espaciales para aterrizar de nuevo sobre su superficie y llevar nuevamente a humanos a ella.
Aunque… ciertamente varias de las afirmaciones del párrafo anterior son falsas. La Luna no ha sido siempre el único satélite natural de la Tierra; ni tampoco tiene luz propia, sino que es la luz del Sol la que se refleja sobre su superficie; y, lo más sorprendente, tampoco ha estado ahí siempre, o al menos desapareció en algún momento de la historia (y no fue por un eclipse). Pero tiene su explicación.