A la hora de emprender siempre surge la duda sobre si es mejor hacerlo solo o en compañía. Las dos opciones son viables y tienen sus pros y sus contras, pero lo que tenemos que tener claro es que la persona con la que vamos a trabajar hombro con hombro debe ser alguien de nuestra total confianza. Encontrar un buen socio no es nada fácil, y no siempre la mejor opción es buscarlo en nuestro entorno familiar.
Hay quien piensa que mezclar negocios y familia no es una buena combinación y, sin embargo, también hay grandes ejemplos de empresas familiares que han resultado ser todo un éxito. Para intentar ayudarte en tu decisión vamos a ver las ventajas y las desventajas de asociarte con un miembro de tu familia.
5Aparecen conflictos familiares
La principal desventaja de tener a un familiar como socio es que los problemas familiares se pueden convertir en problemas laborales y viceversa. Es muy complicado separar el plano personal del laboral, y muchas veces la comunicación no fluye todo lo bien que debería entre dos personas que, al fin y al cabo, son familia.
Además, no es extraño que en estos casos otros familiares acaben tomando partido a favor de un socio o de otro. De modo que al final lo que ha comenzado como una disparidad de opiniones en algo relacionado con el trabajo se puede convertir en un conflicto familiar que se extiende más allá de los directamente afectados.