A la hora de emprender siempre surge la duda sobre si es mejor hacerlo solo o en compañía. Las dos opciones son viables y tienen sus pros y sus contras, pero lo que tenemos que tener claro es que la persona con la que vamos a trabajar hombro con hombro debe ser alguien de nuestra total confianza. Encontrar un buen socio no es nada fácil, y no siempre la mejor opción es buscarlo en nuestro entorno familiar.
Hay quien piensa que mezclar negocios y familia no es una buena combinación y, sin embargo, también hay grandes ejemplos de empresas familiares que han resultado ser todo un éxito. Para intentar ayudarte en tu decisión vamos a ver las ventajas y las desventajas de asociarte con un miembro de tu familia.
1Tu familiar es un socio de confianza
Encontrar un socio no es una tarea sencilla, debe tratarse de alguien que tenga intereses profesionales en el mismo ámbito que tú y que además pueda aportar al negocio algo más que dinero u otros bienes. Sus capacidades y habilidades deberían complementar a las tuyas, ya que solo así es posible formar un buen equipo de trabajo.
Sin embargo, cuando empiezas a buscar un socio te das cuenta que no es tan fácil encontrar una persona que encaje contigo y en la que puedas confiar. Por el contrario, si tu socio es un familiar cuentas con la gran ventaja de que ya sabes que es alguien de confianza que se va a preocupar tanto o más que tú por el negocio.