En la mayoría de los casos el autónomo piensa en su pensión con preocupación. Son realmente pocos los que pueden cotizar lo suficiente como para llegar a recibir en el futuro una prestación pública que les permita vivir cómodamente y sin preocupaciones. En la mayoría de los casos quienes trabajan por cuenta propia deben asegurar su futuro a través de otras medidas de inversión privadas.
Para el autónomo hacer frente a los gastos de cotización no es sencillo, especialmente si tenemos en cuenta que estos profesionales suelen tener problemas de liquidez por lo que tardan en cobrar sus facturas. Sin embargo, también hay trabajadores por cuenta propia que tienen la suerte de poder cotizar bastante y recibir así una buena pensión.
5Cuidado con los cambios en la base de cotización
Ya sabemos que el autónomo que desea tener una pensión de jubilación más alta debe empezar a cotizar más cuando le quedan unos 20 años para retirarse de la vida activa, pero no es tan sencillo como parece. Es cierto que se puede cambiar la base de cotización en cualquier momento, pero a partir de los 47 años se imponen restricciones.
Quienes no hayan aumentado su cuota de cotización antes de los 47 años por encima del umbral fijado legalmente lo tendrán más complicado para aumentar su cotización en sus últimos años de trabajo. Esto implica que para el autónomo es esencial empezar a planificar su jubilación con mucha más antelación que un asalariado. Para evitar problemas lo más recomendable es empezar a pensar en el retiro laboral a partir de los 40 años.