En ocasiones, la hora de ir a dormir se alarga, y no porque uno quiera, sino porque no hay quien concilie el sueño. Son muchos los factores que afectan al descanso, y si se acumulan, es probable que se produzcan problemas cuando el agotamiento es notable. Por ejemplo, la ansiedad o el estrés pueden ser tus peores enemigos, pero nada que no tenga solución.
Lo cierto es que hay varias técnicas que pueden hacer maravillas, de forma que no sea necesario recurrir a pastillas o medios caseros de fiabilidad dudosa que haya podido encontrar en Internet. Sigue leyendo, y pon en práctica algunos de las siguientes tácticas para que la hora de ir a dormir no sea una pesadilla
2Cambia de sitio si no tienes sueño
Una persona que sufre de insomnio, lo que más hace es dar vueltas y más vueltas en la cama. Después de una búsqueda incansable de la mejor posición para dormir, llega el terrible trabajo de tu cerebro. Inconscientemente, este decide asociar el sitio en el que estás, que suele ser la cama, con la dificultad para poder dormir.
Pero no te preocupes, porque esto tiene una solución realmente sencilla. Sal de la cama y dirígete a otra sala de tu casa. Si tienes otra cama, acuéstate en ella, y de no ser así, el sofá valdrá. Intenta no llevar contigo ningún dispositivo electrónico, y no se te ocurra encender la televisión. En cuanto sientas que empieza a entrarte el sueño, es hora de ir a la cama de nuevo y dormir.