Que un empresario o un autónomo tengan deudas no es nada extraño. El problema viene cuando el pasivo excede con mucho al activo del negocio y no es posible hacer frente al pago de las obligaciones contraídas. Cuando la situación es extremadamente grave y se ha llegado, o se va a llegar a un estado de insolvencia, la única solución viable es el concurso de acreedores.
Al procedimiento concursal solo pueden acceder empresas y profesionales. A través de él se intenta buscar una solución a la situación de insolvencia que sea lo más justa posible tanto para los acreedores como para el deudor. Vamos a ver en qué consiste exactamente este proceso y cómo debe afrontarlo un autónomo.
6Acuerdo o fase de liquidación
Tras la negociación entre el administrador concursal y las partes pueden pasar dos cosas. Si todos aceptan el acuerdo propuesto se da el concurso por finalizado y las partes quedan obligadas a cumplir lo recogido en el documento firmado. Esta sería la solución ideal, puesto que permitiría al autónomo afrontar sus deudas y a la vez continuar con su actividad profesional si así lo desea.
Si no se alcanza un acuerdo el concurso pasa directamente a la fase de liquidación. Esto implica que el administrador procede a la liquidación de los bienes del deudor para hacer frente con ellos a las deudas. Existiendo aquí la posibilidad de que ni así sea posible cancelar todas las obligaciones, por lo que el concursado se quedaría sin nada y todavía seguiría debiendo dinero.