Que un empresario o un autónomo tengan deudas no es nada extraño. El problema viene cuando el pasivo excede con mucho al activo del negocio y no es posible hacer frente al pago de las obligaciones contraídas. Cuando la situación es extremadamente grave y se ha llegado, o se va a llegar a un estado de insolvencia, la única solución viable es el concurso de acreedores.
Al procedimiento concursal solo pueden acceder empresas y profesionales. A través de él se intenta buscar una solución a la situación de insolvencia que sea lo más justa posible tanto para los acreedores como para el deudor. Vamos a ver en qué consiste exactamente este proceso y cómo debe afrontarlo un autónomo.
4¿Quién interviene en el concurso?
En el procedimiento concursal intervienen los interesados junto con su representación legal. El autónomo con deudas debe contar con abogado y procurador, y lo mismo tienen que hacer los acreedores. La demanda se ha de interponer en este caso en el Juzgado Mercantil de la provincia que corresponda al lugar en el que está el negocio o resida el autónomo.
Además de la autoridad judicial, una de las particularidades de este proceso es que interviene un administrador concursal. Se trata de un experto que gestiona el proceso y busca una solución para que el deudor liquide sus deudas y sus acreedores queden satisfechos.